Daniel Cerezo, quien vivió su niñez y adolescencia en un contexto de vulnerabilidad, se mostró ante el auditorio como un “ser humano”. Reveló sus trayectorias de vida plagadas de vínculos, dejando en un segundo plano su profesión de Psicólogo Social, que lo califica y define como un recurso a los ojos de un viejo paradigma, según señala.
Durante la conferencia Cerezo planteó la posibilidad y necesidad de comenzar a pensar a las empresas como agentes de cambio y transformación social. Invitó a los presentes a dar un paso hacia una Responsabilidad Social Integrada, donde se comprenda que las empresas pueden y deben impulsar mejoras y cambios concretos en la calidad de vida de las personas que allí trabajan y aquellas que habitan la comunidad que las rodea.
Desde su experiencia personal dio a conocer las gestiones y programas de transformación concretos aplicados en su paso como Gerente de Cultura y Felicidad de la empresa Paez. A través de ellas graficó como el cambio de paradigma comienza en las empresas entendiendo a los trabajadores como colaboradores y seres complejos; aseguró que dialogando y manteniendo una escucha profunda todos pueden aplicar la formula clave del nuevo paradigma, V=C, vínculos es igual a compromiso.
Además agrego que, basados en lo que él llama el triángulo de oro (Sector Privado, Sector Público y Sociedad Civil), las empresas pueden y deben tener impacto social además de productivo.
Concluyó afirmando que los colaboradores responden mejor en contextos donde se pueden alcanzar propósitos sociales y no solo productivos. Para Daniel, la generación de nuevos espacios laborales y de transformación social son una clave motivacional, por ello insistió en el desarrollo de vínculos y nuevos propósitos ligados a la mejora de calidad de vida de las personas, afirmando que esto contribuye a mejorar los niveles de bienestar y felicidad. Al respecto expresó, “la felicidad en el trabajo garpa”
· Aumentar la producción en un 35%
· Mejora el clima laboral en un 73%
· Mejora la confianza en los Jefes y Compañeros en un 48%
· Disminuye el ausentismo en un 47%
· Reduce accidentes en un 49%
· Disminuye la rotación del personal en un 46%
Finalmente marcó que dentro del nuevo paradigma, debemos repensar los términos de pobreza y riqueza en nuestros contextos actuales, señalando que una de las mayores pobrezas del ser humano es el egocentrismo, y una de las mayores riquezas son los vínculos a realizados a través del reconocimiento del otro con quien construyo comunidad.